Continuó el trabajo con las bibliotecas de la ciudad de Buenos Aires, en el Espacio Borges de la Biblioteca Cané. Allí se presentaron los videos de Seres Fantásticos ante estudiantes de escuelas cercanas, con la participación de María Kodama. En la charla, ella les dijo:
Todo el mundo dice que Borges es un autor complicado, difícil, pero la cuestión no es entender. Yo tuve una experiencia maravillosa. Cuando tenía nueve años, cayó en mis manos un libro de Borges y entonces leí: “Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche”. Era el comienzo del cuento “Las ruinas circulares”, y dije: “¡ah! ¿Qué es esto?” Lo leí hasta el final. Yo no sabía quién era Borges, nada de nada. El cuento me atrapó de tal manera que, si saliera una ley que mandara a quemar la obra de todos los escritores y solo pudiera salvar una pieza, la única que salvaría de toda la obra de Borges sería esa.
Es un poco lo mismo que sucede en Japón con los jardines y con la poesía misma; es decir, no se describe lo que hay sino lo que eso significa. En los jardines de Japón, por ejemplo, puede haber un árbol que tape lo que está detrás. Pero ese árbol está puesto allí a propósito para que uno, a través de las hojas, pueda vislumbrar algo de lo que va a ver después.
Cuando me dicen “es difícil”, yo digo “¡no, no es difícil, hay que sentir!”.
Y si no sentís, esperá a crecer mentalmente y leé de nuevo. Primero tenés que sentir y después, entender.