Camila Karamanian, 6 años, Colegio Florida Day School, Buenos Aires.
Había una vez una chica que se llamaba Margarita. Tenía que hacer un examen y cuando terminó la escuela fue su casa, a su cuarto y lo empezó a hacer. Al día siguiente fue a la escuela y lo entregó.
Después de entregar el examen era hora de recreo. La maestra se fue y una chica se escondió, borró el nombre de Margarita y puso el nombre de ella, Julieta.
Al día siguiente Margarita se dio cuenta que alguien le cambió el examen. Y la profesora también se dio cuenta, porque le dijo que quería agarrar la merienda de otro. Y la castigaron por cambiar el examen.
Margarita, la que se le cae todo
Había una vez una niña a la que se le caía todo; y se le caía su vaso, se le cayó su cuaderno, todo se le caía. Y justo iba a haber una competencia. Había que llevar 3 cajas con libros y 11 carpetas. Y para Margarita era demasiado difícil porque se le caía todo.
Dijo Margarita: “voy a perder porque se me cae todo”, y se puso a llorar. Su mejor amiga, que se llamaba Elena, le dijo: “yo sé que lo puedes hacer”.
Al día siguiente era el día de la competencia y le dijo a su mamá: “voy a perder porque se me cae todo”. La mamá le dijo que iba a ganar. Y Margarita dijo que iba a perder y se puso a llorar.
Cuando fue a la escuela estaban todos; los papás y mamás y sus amigas le dijeron que iba ganar. Había una chica que se llamaba Sofi, que era muy mala y le tiró sus cosas, y fue la ganadora.
Al día siguiente lo iban a hacer de nuevo, con más cosas: 12 carpetas y cajas, 11 libros, y de nuevo ganó Sofía. Y la otra semana, en el último día de competencia, con 13 carpetas, 12 libros y cinco cajas. Se esforzó Margarita. En la última partida te ganabas dos monedas y una copa; y entonces ganó Margarita.